La casa es una preciosidad, cómoda, acogedora, perfectamente equipada y de una belleza especial. Tiene unas vistas espectaculares, un entorno con muchísimo encanto, un pueblo con mucha gracia y muchos espacios para relajarse y disfrutar. Aunque la playa está retirada, la casa lo vale al 100% y en coche tienes varias opciones a media hora. Andro es un anfitrión amoroso, muy disponible y amable. Nos facilito mucho la llegada y toda la estancia. Mil gracias - quedamos encantados y con muchas ganas de volver.