Han sido unos días estupendos los que hemos pasado. La vivienda está perfectamente acondicionada, con todo lo que se pueda necesitar, y unas vistas a Guadalupe inmejorables. Esa terraza da mucho juego para comer o tomar una copa.
Recibimos la visita de Francisco, con el que aprendimos, entre otras cosas, aspectos que desconocíamos de la cacería, muy arraigada en el entorno (aunque él no sea cazador). Las niñas dieron de comer a las ovejas lo que habitualmente se comerán en una semana, pero se lo pasaron "pipa".
Gracias por todo.
Hasta pronto.