La casa es estupenda, pero tiene MUCHAS escaleras y NO están adecuadamente protegidas (entre los barrotes cabe un niño). Cada habitación o par de habitaciones está en una planta de las 4 de la casa y el salón en la primera, lo que obliga a un continuo subir y bajar. Mucho cuidado niños y bebés. Creemos que el anuncio debería aludir a esto.
Todo estaba absolutamente impecable, pero en la cocina faltaban utensilios básicos como tijeras, paños de cocina...que nos impidieron cocinar sintiéndonos como en casa. Ni siquiera había sal y aceite, ya que nos dejaron unos cuantos envases de plástico individuales que, además de ser súper contaminantes, fueron claramente insuficientes.
Los baños están muy equipados, PERO sufrimos un pitido que venía del calentador de agua de la cubierta y llegaba a todas las habitaciones. Espero que esto ya lo hayan arreglado.
Por último, no nos permitieron dejar las maletas más allá de la hora de check-out (a pesar de lo pre-acordado con quien nos recibió) con la excusa de la "seguridad con las personas de la limpieza". Nos pareció una justificación propia de una gran cadena, burocrática e inflexible, que nos impidió disfrutar nuestras últimas horas en la hermosa Sevilla.
Por lo demás, estupendo. La zona inmejorable, tranquila y fuera del circuito turístico pero cerca de él y de la estación San Justa. El barrio muy bonito, con muchos jardines y parques cercanos.